Feria del Queso de Trucíos

 

02 de Noviembre de 2010

Los ganaderos de toda la comunidad, autónoma del País Vasco, tomaron ayer las calles de Trucíos para celebrar un año más el Gazte Eguna y reivindicar el queso de autor.Los productores aprovecharon este encuentro del agro vasco y defendieron el producto artesano que todavía se vende en los propios caseríos.

Uno de sus principales abanderados fue José Ramón Aguiriano, miembro del comité de cata del sello Idiazabal y profesor de enología en la escuela de cocina de Ayala. «Lo interesante de las denominaciones de origen es que el consumidor vaya a donde el pastor a comprar el queso que le gusta porque, al igual que a los cocineros, a cada uno le sale con un estilo diferente», advirtió.

Se trata en su mayoría de queseros que no superan las 250 ovejas y que elaboran pocas piezas al año. Los responsables del queso Idiazabal defienden esta teoría y por eso desde hace años publican una guía de elaboradores con el teléfono y la dirección de todos sus artesanos.

No es la única medida que el colectivo ha tomado para apoyar su producto. Para poner fin a las imitaciones, hace dos años insertaron un holograma y un número de serie en sus piezas. «Esta placa zanjó las falsificaciones», celebró Aguiriano, quien también festejó el constante incremento en el número de productores de esta denominación de origen.

Actualmente el sello reúne a 106 ganaderos. «Cada año se suman media docena de pastores y todos son menores de 41 años», aseguró. Los quesos Idiazabal también protagonizaron ayer el principal certamen de la feria que tuvo como ganador a Larrabe, de Ayala. «No es la primera vez que ganamos porque ya llevamos viniendo diez años», reconoció su portavoz, José Ramón Martínez.

También se premiaron el mejor pastel vasco y el mejor pan artesano, entre otras categorías. En total, Trucíos repartió mil euros en premios y festejó una feria tradicional con cuarenta puestos con miel, repostería, embutidos y lácteos, entre otros productos. «Aquí siempre ha habido mucha tradición de queso porque todo el mundo tenía ovejas. En Basinagre aún hay gente que lo vende en casa», mencionó el alcalde de Trucíos, Juan José Llano.

El regidor celebró que la gente se animara a acudir a la feria a partir del mediodía, ya que las fuertes lluvias de primera hora restaron mucha afluencia a la cita. «Es un día que esperábamos como agua de mayo, pero nos ha salido mal tiempo», lamentó. Tampoco faltaron queseros independientes, como los hermanos Ángel y Lourdes Fernández, de Carranza. Pese a utilizar auténtica oveja carranzana, su producto Amalur se mantiene fuera del sello Idiazabal. «También tenemos que reivindicar la manera de hacer del valle», explicaron.

Por suerte, en las ferias no faltan los compradores. Ayer los había cercanos, como Jesús María Basterra, de Sopuerta. «Es el segundo año que venimos y aprovechamos a ver el pueblo», explicó. Desde más lejos, de Etxebarri, llegaron Arantza Ostolaza y Manu Carril. «Hay que apoyar a los caseríos que ya vale de tanto supermercado», animaron.

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